Tuesday, June 13, 2006

Decir te quiero


La primera (y única vez) que dormí con él le dije que lo quería, pero él sólo sonrió.
Como pensé que no me había escuchado volví a decirle que lo quería, pero esta vez me castigo con su silencio.

Friday, June 09, 2006

Manos frías



por la Tela de Araña


Me gusta el frío. Me hace sentir que estoy viva y no me aletarga como el calor.

El frío me invita a la nostalgia, a la evocación de aquellas noches sin dolor, en las que nos proponíamos descubrir nuevas calles, soñar tristes sueños y susurrarnos antiguas miserias... mientras el frío viento nos golpeaba la cara.

El frío de alguna forma me acerca a ti, a lo que fuimos cuando éramos uno... cuando podía sentir mis frías manos acariciando tu tibia espalda, porque después de todo esa fue mi impronta hacia ti... nunca más vas a volver a sentir unas manos tan frías como las mías,aquellas manos que te hacian sentir lo vivo que estas... que estabas.

El frío me hace sentir viva. Sólo que ahora ya no puedo sentir tus pasos junto a los míos mientras recorro antiguas calles, mientras evoco pasados sueños. Ahora que mi miseria eres tú y mis manos siguen frías.

El frío de alguna forma me acerca a ti.

Sunday, June 04, 2006

Los pequeños grandes lutos


El año que recién pasó me dejó varios sentimientos encontrados, sobre todo con la muerte, esa Rebelde, con la cual todavía no puedo establecer una relación sana. Viví el luto de un gran amigo, la perdida de alguien que según las leyes de la vida debía enterrarme a mi y un sin fin de otras muertes que de una u otra manera me hicieron sentir que esa Rebelde siempre está ahí.

Pensé en aquellos lutos que día a día debemos cargar sobre nuestros hombros y guardarlos muy dentro del corazón, para que así alguien nunca llegue a saberlo.

Esos lutos que debemos soportar cuando algo no sale como nuestro estúpido corazón lo había soñado y debemos sonreír como si esa perdida no existiera. En esos lutos nadie te lleva flores, ni te abrazan diciéndote que lo sienten mucho. Esos lutos debes vivirlos calladita, escuchando muchas veces que alguien te diga que amaneciste mal genio, cuando en realidad solo estás triste.

Hasta ahora mis pequeños grandes lutos han sido así, en silencio. Pero la vida me ha enseñado que ya basta de cargar con tanta porquería en el corazón. Mis pequeños y miserables lutos diarios los voy a vivir como Dios manda: llorando hasta que me dé sueño y tratando de explicarme porque siempre las malditas cosas me pasan a mi.

Y si a alguien no le gusta y cree que estoy mal genio... bueno que cierre bein sus ojos y no viva junto a mi mis cotidianas perdidas.

De todas formas los lutos hay que vivirlos y la ropa negra, la ropa negra ya la tengo.

(2oo4)

Cosas Perdidas

por La tela de Araña

Perdí el CD que era algo así como el cerebro madre de mi computador. Así de sencillo extravíe el único CD que según la sentencia de mi amigo jamás debí perder y yo, como suele ocurrir, lo perdí o lo olvidé en algún cajón.
Es común en mi perder cosas: celulares, contratos de trabajo, boletas, en fin una buena cantidad de cosas que afortunadamente puedo volver a recuperar.
Pero también hay otras perdidas que son irreversibles, que estuvieron conmigo alguna vez y que nunca más las tendré, como mi virginidad o la confianza y admiración que alguna vez alguien me inspiro. También perdí el instante para decirle a mi abuelita lo mucho que la amaba y también se me fueron de las manos aquellos momentos en los que creía que lo más grande que existía después de mi papá era una jirafa.
Es tan desolador que la Vida, esa engreída, te dé regalos que más tarde nunca volverás a tener: juegos de niños en los que te crees invencible o acurrucarte junto a mamá en una noche de invierno, mientras a fuera llueve o pasear por el parque tomados de la mano teniendo como única preocupación el instante en que te dará un beso.
Lo único que esa engreída te deja son recuerdos, que al final tu imaginación adorna tanto que se transforman en otra cosa, no en lo que realmente alguna vez fue tuyo y que por derecho debería seguir siéndolo.
En fin, ahora sólo sé que afortunadamente mi CD puede estar en algún lugar, no como todo aquello que ahora sólo es pasado, por eso voy a comenzar a buscarlo en el cajón de los recuerdos, en una de esas hasta encuentro el tiempo perdido, después de todo la esperanza es lo último que se pierde.

LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos
así volverá tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto
tanto desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

(Alejandra Pizarnik, de La última inocencia, 1956)

Friday, June 02, 2006

La frágil Alejandra

Creo que Alejandra y yo nos parecemos un poco.

Creo que ella estuvo y, probablemente, sigue estando tan sola como yo.

Cada vez que leo sus poemas me siento más parecida a ella. Igual de incomprendida, igual de enamorada, igual de hastiada, igual de sola.

Hasta siento que ella , como yo, fumaba sentada en su terraza esperando lo que nadie fue capaz de darle.

Alejandra y yo compartimos esa misma esencia que nació como consecuencia del dolor. Ese dolor que te endurece, que te va matando de a poquito. Sin que te des cuenta y que te va dejando tan triste y tan sola como nunca deseaste estarlo.

Solo que un día ella, ya cansada de tanto no dormir, olvidó que era solo una pastilla y descanzó en la única miseria de la que no puedes huir.